miércoles, 7 de noviembre de 2007

¿Leemos?


No recuerdo ningún día de Reyes en que no recibiera un libro como regalo. Desde pequeña me enseñaron a disfrutar el placer de la lectura, de la compañía de un buen libro. Sólo puedo decir GRACIAS.

He viajado a lugares que sólo existen en la mente de quienes lo inventaron; he hecho míos los sentimientos de muchos personajes, y he reído y llorado por/con ellos; he tenido miedo de llegar a la última página y ver la palabra fin; me he indignado; me he sentido reflejada; he vivido un poco más a través de líneas que otros escribieron para compartir conmigo.

Ahora tengo todo esto un poco abandonado. Y lo echo de menos. Pero cuando pase esta época de leyes y más leyes, espero darme un atracón.

Os dejo aquí algunas recomendaciones, libros que en algún momento resultaron una buena compañía. Para que también puedan estar con vosotros cuando estéis solos. Y, claro, espero las vuestras, que los amigos están para compartirlos!!


Diario de Ana Frank: Tras la invasión de Holanda, los Frank, comerciantes judíos alemanes emigrados a Amsterdam en 1933, se ocultaron de la Gestapo en una buhardilla anexa al edificio donde el padre de Ana tenía sus oficinas. Eran ocho personas y permanecieron recluidas desde junio de 1942 hasta agosto de 1944, fecha en que fueron detenidos y enviados a campos de concentración. En ese lugar y en las más precarias condiciones, Ana, a la sazón una niña de trece años, escribió su estremecedor diario

Los renglones torcidos de Dios (Torcuato Luca de Tena): Alice Gould es ingresada en un sanatorio mental. En su delirio, cree ser una investigadora privada a cargo de un equipo de detectives dedicados a esclarecer complicados casos. Según una carta de su médico particular, la realidad es otra: su paranoica obsesión es atentar contra la vida de su marido. La extrema inteligencia de esta mujer y su actitud aparentemente normal confundirán a los médicos hasta el punto de no saber a ciencia cierta si Alice ha sido ingresada injustamente o padece realmente un grave y peligroso trastorno psicológico.

Amor, curiosidad, prozac y dudas (Lucía Etxebarría): Amor: Una posibilidad remota para Rosa, que hipoteca su vida para pagar unos hijos que no puede disfrutar. Una memoria triste para Cristina, superviviente de una relación catastrófica con el sexo y las drogas. Un recuerdo borroso para Ana, que se pasa el día llorando en casa. Curiosidad: La última esperanza. ¿Hay otra vida más allá de los confines del día a día, de los escasos metros de refugio que proporciona un despacho de oficina, una casa de diseño o un bar tecnificado? Prozac: Veinte miligramos diarios que bloquean los puntos del cerebro donde se conectan las ideas y los sentimientos.

Memorias de una geisha (Artur Golden): Poco antes de su muerte, Sayuri, una anciana japonesa afincada en Nueva York, cuenta la historia de su vida a un joven amigo americano. El poder de seducción de la voz narrativa de esta geisha legendaria transporta al lector a un Japón de entre guerras, lleno todavía de ecos feudales, y a una de las tradiciones japonesas que más curiosidad inspiran en el mundo occidental: la de la geisha, una peculiar práctica cultural a la que están ligadas artes tales como la seducción, la danza, la pintura o la clásica ceremonia del té



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y como no puede faltar...: Ayla!!!!!Vale, la serie Los hijos de la tierra, pero para mí siempre será Ayla. De momento puedo recomendar el primero(El clan del oso cavernario), el segundo (El valle de los caballos) y el tercero (Los cazadores de mamuts), porque no me he leído más. Pero seguro que os enganchan, especialmente el primero de todos a mí me sorprendió mucho porque cuenta la "sencilla" historia de una niña que va creciendo contigo. Lo de por qué su historia no es tan sencilla tendréis que descubrirlo vosotros mismos...

Unknown dijo...

Los he leido casi todos y la verdad es que ninguno está en mi lista... Soy un lector voraz, pero parece que no soy un lector serio.