jueves, 8 de mayo de 2008

Este texto va para mí. Porque podrían ser mis palabras. Porque hoy mi mundo es más hermoso. Y va para ti, que hoy estás triste. Porque harás tuyas estas palabras. Porque pronto tu mundo será más hermoso.

El vértigo ya no existe, y tampoco la urgencia de mostrar a todos mis amores la hermosa lejanía y mi propia felicidad. Ya no es primavera en mi corazón. Es verano. El saludo de los desconocidos tiene otro acento para mí. El eco que despierta en mi pecho es más tranquilo. No lanzo el sombrero al aire. No entono ninguna canción. Pero sonrío, y no solamente con los labios. Sonrío con el alma, con los ojos, con toda la piel, y ofrezco al país que me envía su perfume unos sentidos diferentes de los de entonces, más bellos, más serenos, más agudos, más experimentados, y también más agradecidos. Hoy todo esto me pertenece más que entonces, me habla con matices más ricos y centuplicados. Mi anhelo embriagado ya no pinta con colores de ensueño la lejanía misteriosa, mis ojos se contentan simplemente con lo que ven, porque por fin han aprendido a ver. El mundo es más hermoso que entonces. El mundo es más hermoso. Estoy solo, y la soledad no me hace sufrir. No deseo otra cosa. Estoy dispuesto a dejarme cocer por el sol. Siento avaricia de madurar. Estoy dispuesto a morir, dispuesto a nacer de nuevo.

El mundo es más hermoso.

El caminante - Hermann Hesse

No hay comentarios: