Un deseo lanzado al aire para que caiga sobre nuestras cabecitas locas y nos haga más fácil esto de vivir: magia, mucha magia.
Hace tiempo descubrí que siempre hay, al menos, dos opciones y me di cuenta de que soy libre. Y sentí vértigo.
Si hoy sale un genio de la lámpara mis tres deseos para acercaros a Madrid, que estáis muy lejos y os echo de menos.
Creo que me engañé cuatro veces, pero no fui más feliz con mis mentiras.
Cinco minutos más y me enamoro. Y a ver qué hacemos.
Paso seis meses de frío soñando que vuelve la primavera.
Se cerró tu puerta. Y abrí una ventana. Hace ya siete meses... estoy encantada.
Todas mis ilusiones volcadas en un número terminado en ocho (a ver qué sale).
Una huida pendiente a las nueve letras que envuelven Argentina.
No quiero ser una chica diez. Mejor pongo todo mi empeño en ser una persona once.
Guardo doce mensajes que te envié para recordar siempre que cuando se toca fondo sólo se puede ir hacia arriba.
Te deseo muchos días trece cargados de buena suerte.
No me digas que te quiera en 14 de febrero, que prefiero quererte en 14 de abril.
Tengo quince sueños por cumpir, o dieciséis, o diecisiete, o más...
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